Nos gusta la mantequilla. No nos da vergüenza reconocerlo. Y somos fieles seguidoras de las tostadas con mantequilla y mermelada. Por eso hoy vamos un poco más allá. Digamos que hemos enriquecido la mantequilla. ¿Más aún? os preguntaréis… Pues sí. La hemos unido al queso roquefort, y el resultado, una mantequilla cremosa, con un toque de queso azul y perfecta para preparar todos y cada uno de nuestros sandwiches.

La leyenda cuenta que el origen de este queso estuvo en los amoríos de un pastor, que por perseguir a una pastora, de la prisa con la que salió de la cueva al verla pasar (hoy en día eso sería acoso…) se le olvidó allí el queso que estaba comiendo. Cuando días más tardes volvió a la cueva a recoger sus pertenencias, no sabemos si con fecha de boda o no, se encontró con que el queso estaba cubierto de moho. Y por eso de «aquí no se tira nada», lo probó, le gustó y siguió vivo para poder contarlo.

Sea como sea, es el queso azul francés más conocido. Originario de la región que lleva su mismo nombre, con denominación de origen reconocida desde 1925. Muy similar a nuestro queso cabrales, os encantará si como a mi os gustan los quesos fuertes.

Pero como es un queso fuerte, sabemos que no le gusta a todo el mundo. Por eso os traigo esta receta. Al convertirlo en una crema, lo que he hecho es una mantequilla suave y aromatizada.

Mantequilla de Queso Roquefort

Ingredientes:

• 80 gr de queso roquefort
• 130 gr de mantequilla sin sal
• 1 cucharadita (tsp) de mostaza
• 1 cucharadita (tsp) de brandy
• pizca de pimienta blanca

Elaboración:

1. Desmigamos el queso roquefort y lo mezclamos bien con la mantequilla, que debe estar blanda, pero no fundida.
2. Añadimos el resto de ingredientes y mezclamos muy bien. Podemos hacerlo perfectamente con un tenedor hasta que todo esté integrado.
3. Guardamos en un tarro de cristal y la tendremos lista para untar sobre nuestras tostadas.

Ya habéis visto lo fácil que es ¿verdad? Pues todo el mundo a probarla.

Natalia y Gloria.