Buenos días.

Hay un concepto en inglés que me gusta mucho, quizás porque como tal no lo tenemos en España, al menos que yo sepa. Me refiero al concepto de dinner rolls, o panecillos para la cena. Unos bollitos de pan que admiten múltiples variaciones y que por su tamaño son perfectos para poner en nuestro platito de pan.

Hoy la receta del miércoles me lleva a meterme entre harinas, no al nivel de Natalia, pero sí al mío, el de «pseudo panadería para torpes» con una receta estupenda para tomar con queso e igualmente buena para utilizar con patés o untables. El toque diferente se lo da la cebolla frita, esa que descubrí hace mil años en Dinamarca y que hasta que la empezó a comercializar Mercadona me traía desde tierras vikingas cual preciado tesoro hasta que me enteré que la tenían en Ikea, pasando entonces a encargársela a todo aquel que iba a ciudad donde hubiera ese centro sueco del que jamas sales con las manos vacías.

Así que como ya tenemos cebolla frita al alcance de todos los públicos, estos bollitos no tienen escapatoria. Los he acompañado de una mezcla de finas hierbas, si bien podéis utilizar tomillo o romero, también están deliciosos y más aromáticos aún. Todo depende de para qué «cena» los queráis hornear.

Panecillos de cebolla y hierbas

Ingredientes

• 300 gramos de harina de todo uso
• 1 cucharadita (tsp) de sal
• 1 cucharada (tbsp) de azúcar blanquilla
• 1 sobre de levadura seca de panadería
• 2 cucharadas de cebolla frita
• 1 ó 2 cucharadas (tbsp) de finas hierbas, romero o tomillo
• 2 cucharadas (tbsp) de aceite de oliva virgen extra
• 240 ml de agua templada

Elaboración

1. En nuestro robot de cocina ponemos todos los ingredientes y amasamos hasta obtener una masa homogénea que será ligeramente pegajosa.
2. Tapamos y dejamos en el bol del robot hasta que doble su tamaño, una hora u hora y media.
3. Sacamos del bol, descalificamos ligeramente, pesamos nuestra bola de masa y hacemos 12 bolas del mismo peso, que colocaremos en un molde cuadrado o rectangular que previamente habremos engrasado o cubierto con papel de horno.
4. Dejamos levar nuestros panecillos otros 90 minutos aproximadamente.
5. Precalentamos el horno a 180ºC y una vez caliente horneamos unos 25 minutos según cada horno, hasta que estén dorados sin pasarse, para que no queden secos por dentro.
6. Desmoldamos y dejamos enfriar en una rejilla.

Se mantienen estupendamente unos tres o cuatro días envueltos de manera individual en papel film, y si los congelamos así, nos durarán en perfecto estado sobre un mes.

El viernes, de nuevo aquí.

Gloria y Natalia.

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