Empezamos la semana viajando más allá de nuestras fronteras para preparar este Bagel de Salmón Ahumado. Si hay algo que me encanta y que en casa nunca falta, es el salmón ahumado. Es uno de mis ingredientes favoritos para preparar aperitivos, una quiche rápida, y como no podía ser de otra manera, un sandwich delicioso, como este bagel que os traigo hoy.

El bagel es un pan normalmente elaborado con harina de trigo,  y cuya masa hay que cocerla antes de hornearla. Lo normal es enriquecer la masa con semillas, cebolla, ajo, queso…, pudiendo así prepararlos para todos los gustos. Su característica principal es que tienen un agujero en el centro, aunque existen algunas variantes en las que el agujero desaparece.

Contrariamente a lo  que muchos piensan, su origen está en la ciudad de Cracovia (Polonia) y no en Estados Unidos. Aunque no está del todo claro, se dice que la primera referencia al mismo, data de 1610. Durante los siglos XVI y XVII, se convertiría en uno de los alimentos básicos de la comunidad judía de la ciudad de Cracovia, y será a principios del siglo XX cuando viaje a Estados Unidos de la mano de los ciudadanos de Europa del este que se trasladan al nuevo continente en busca de mejores oportunidades.

Será en la ciudad de Nueva York donde se popularice definitivamente, y se comercialice tal y como lo conocemos hoy en día.

Aunque pronto los prepararemos aquí, en esta ocasión he utilizado Thomas’ Bagels de Bimbo y que podéis encontrar en cualquier supermercado.

Ingredientes

• 1 Bagel (Thomas’ Bagels)
• Tomate natural
• Cebolla roja
• Salmón ahumado
• Queso de untar
• Eneldo
• Semillas de sésamo negro

Elaboración

1. Mezclamos unas cucharadas de queso de untar con eneldo picado y sésamo negro.
2. Abrimos el bagel y tostamos.
3. Untamos las dos mitades con la crema de queso, más generosamente la parte de abajo.
4. Colocamos el salmón ahumado, rodajas de tomate y cebolla roja.
5. Espolvoreamos con sésamo negro y tapamos.

Sencillo, ¿verdad? Pues lo mejor es que está delicioso. Salmón, tomate y cebolla combinan a la perfección. Y el toque que le da el sésamo negro me encanta. Podéis consumirlo frío, o ligeramente templado.

Natalia.