Bienvenido febrero. Un mes donde por suerte aún tendremos remolacha, rabanitos, brócoli, calabaza, limones, peras y naranjas entre muchos otros ingredientes de temporada. Algunos de ellos los veréis en sandwiches o salsas durante este mes que hoy empieza. Y al igual que encontramos plátanos todo el año en nuestra frutería de confianza, en este blog sea el mes que sea, veréis uno de nuestros ingredientes fetiche: el aguacate. Así que con casi toda seguridad en febrero aparecerá en vuestras pantallas. Nos hemos propuesto que no haya una casa sin aguacate en este país.
Y mientras van pasando las semanas y os vamos enseñando todo lo que hemos preparado para vosotros en este mes carnavalero, preludio del que inicia la primavera y mes que antecede al del cumpleaños de la rebanada extremeña, vamos a preparar una salsa con otro de esos ingredientes que nos gustan por decenas de razones, entre ellas su versatilidad a la hora de elaborar recetas con él: la batata, boniato o patata dulce, si hacemos una traducción literal del inglés.
Como viene siendo costumbre, es miércoles y en este blog, ¿qué hacemos? (todos a una, please): en efecto, «ponerle salsa». Vamos a ello.
Ingredientes
- 1 kilo de batatas
- 5 cucharadas (tbsp) de mantequilla sin sal cortada en dados no muy pequeños
- 2 cucharadas (tbsp) de miel
- Sal y pimienta
- Queso azul desmenuzado
- Un buen puñado de nueces picadas (no trituradas, que os veo venir).
Elaboración:
- Precalentamos el horno a 200ºC.
- Con un tenedor perforamos las batatas por toda la superficie y las ponemos en una bandeja de horno. Las horneamos hasta que estén bastante tiernas, entre 50 minutos y una hora.
- Una vez asadas, las dejamos enfriar por completo, las pelamos y vamos poniendo toda la pulpa en el vaso de nuestra jarra batidora o en el de nuestra batidora de mano.
- Añadimos la mantequilla y la miel y trituramos hasta obtener una consistencia pastosa y espesa.
- Salpimentamos y servimos en un cuenco acompañada del queso azul y de las nueces picadas.
Sin duda es otra receta que os va a encantar y sorprender. No deja de ser casi un puré de batata de lo mas enriquecido al llevar el queso y las nueces. Con crudites o como base para un sandwich con, por ejemplo bacon y rúcula, está exquisito.
Volvemos el viernes, con el sandwich del fin de semana.
Gloria y Natalia.