Os avisamos ayer en Instagram. Hoy os llevábamos de viaje. A Malasia. Nada, aquí cerca, para pasar el día. Con la receta de hoy podemos irnos bien a Malasia o bien a Indonesia, ya que en ambos países encontramos el satay, que no es más que una brocheta de carne, pescado o tofu marinado, que se hace a la parrilla y que se acompaña de una salsa, siendo la más común la que contiene cacahuetes y salsa de soja.
Según la zona en la que lo tomemos, el satay o sate tiene sus variedades específicas y las salsas de las que se acompaña también varían. En cualquier caso, el satay que con el tiempo se ha convertido más común es el de pollo, que se toma con salsa de cacahuetes, pasando el término satay en la cocina actual a representar a dicha salsa en lugar de a la brocheta.
En cualquier caso y como en este blog lo que pretendemos es haceros la vida fácil, hoy nos vamos en un momento a Kuala Lumpur y como habrá que hacer turismo, no perdemos mucho tiempo y preparamos una versión en formato pasta de esta salsa, con sólo tres ingredientes, que harán que nuestros satay particulares sean irresistibles.
Ingredientes
- 200 gramos de mantequilla de cacahuete
- 200 gramos de pasta de curry (con grado ligero de picante). Se compra fácilmente en las grandes superficies. En concreto yo la encuentro en Carrefour.
- 1 cucharada (tbsp) de azúcar muscovado
- Aceite de coco
Elaboración
- Trituramos todos los ingredientes en nuestro robot, batidora de vaso o de mano hasta obtener la consistencia de una pasta. Si viéramos que queda demasiado seca, añadimos un poco de aceite de coco hasta ir aligerando y lograr la textura que más nos guste.
¿Cómo tomarlo? Como en este blog nos dedicamos a los sandwiches, os propongo que pasemos el contenido de la brocheta a un sandwich. Untemos el pan con nuestra pasta satay y pongamos sobre una rebanada nuestras piezas de pollo, cerdo, pescado o tofu. Una ricura.
El viernes a las 9 de la mañana, todos frente a la pantalla, que sabéis que pasamos lista.
Gloria y Natalia.
¡Probaré vuestra receta seguro! Gracias por compartirla 😉
¡Pues ya nos contarás cuando la pruebes! Gracias por pasarte, Silvia!