Diga lo que diga el calendario, yo llevo ya una semana en pleno verano. Y es que a mí las estaciones me las define el uso del aire acondicionado. Y esta es la segunda semana en la que lo pongo casi todos los días, desde media mañana y hasta la noche, de manera que con absoluta certeza, el verano ya está aquí.
Una de las consecuencias de haber llegado tan rápido a los tirantes, las sandalias y los shorts, es decir, a ese universo horroroso estéticamente que nos rodea hasta bien entrado septiembre, es que los blogs cambian su contenido. Empiezan a llenarse de helados, polos y ensaladas, platos más o menos ligeros y refrescantes con los que aliviar el calor, y el susto de ver tan poca ropa en la mayoría de la población.
En este blog en cambio, podemos presumir de no necesitar ese «cambio de armario». Y es que nuestros sandwiches, panes y salsas no conocen de temporadas más allá de intentar utilizar muchos de los ingredientes propios de cada estación conforme éstas van transcurriendo. Y en esas estamos hoy. El calor aprieta en Badajoz, y dado que el sandwich originariamente previsto para este viernes implicaba pasarse cierto tiempo con la sartén delante, y no está una por la labor de sufrir innecesariamente, he decidido tirar de «fondo de calendario» y traeros un sandwich que tenía su fecha de aparición en algo más de un mes.
Como ya sabéis que somos unas auténticas enamoradas de los pestos, hoy, al igual que el viernes pasado, os traigo un sandwich que incluye una variedad de esta salsa que la hace realmente refrescante y que aguanta en nevera unos cuatro días en perfecto estado.
Ingredientes
Para el pesto de hierbabuena
- Un buen puñado de hojas de hierbabuena
- Nueces
- 1 diente de ajo
- Queso Parmesano
- Ralladura de un limón grande
- Aceite de oliva virgen extra
Para el sandwich
- Pan de nuestra elección (en este caso he utilizado un pan de trigo y centeno de Pancontigo)
- Calabacín rallado
Elaboración
- Para el pesto: mezclamos todos los ingredientes en el vaso de nuestra batidora de mano o de vaso y trituramos hasta obtener una pasta untable, corrigiendo con aceite si nos queda muy densa. Las cantidades os las dejo a vuestro aire, ya que es cuestión de regular los sabores conforme más os guste.
- Montamos el sandwich: untamos nuestras rebanadas de pan con una capa del pesto de albahaca, sobre una de ellas ponemos calabacín rallado y tapamos.
No os podéis imaginar el sabor que tiene este sandwich, que sé que va a encantarle a Carol de El Cazueleo de Carol, un encanto de mujer a quien sé que le vuelven loca los pestos.
Buen fin de semana y nos vemos el próximo lunes.
Gloria.