Hace unos meses compré un espirilizador (tela con el nombrecito) y desde ese momento lo he utilizado con patatas, batata, calabacines, y como vais a ver hoy, con remolacha. Digamos que el invento contribuye a animar todo tipo de platos, ya que no es lo mismo tomarse la batata asada a ruedas que en «spaghetti». Y si tienes niños al lado mientras utilizas el «aparatillo», os aseguro que se quedan embobados mientras hace su «magia». Lo digo con conocimiento de causa porque mientras preparaba el sandwich de hoy, tuve como espectador a mi sobrino, un cocinero en ciernes con 10 años (soy mayor, muy mayor) al que le chifla abrir la despensa de mi cocina ;).
Cuando me preguntó de qué iba a ser el sandwich que íbamos a preparar (nótese el plural, porque para él mirar fijamente implicaba participación activa en la elaboración del sandwich aunque no se ensuciara las manos) y le enumeré los ingredientes, la cara no fue de mucho convencimiento. En cambio, cuando le di un poco de crema de queso feta y limón en un trocito de pan y me vio preparar la remolacha por otro, la curiosidad le llevó a decir que quería probarlo. Y vaya si le gustó. Creo que vamos por buen camino ;).
El sandwich es súper sencillo. Con o sin espirilizador, está igual de rico.
Ingredientes
- 2 rebanadas de pan (en este caso Oroweat Pipas)
- Crema de queso feta y limón
- Espinacas
- 1 remolacha pequeña cocida
Elaboración
- Untamos nuestras dos rebanadas con una buena capa de crema de queso feta.
- Sobre una de ellas ponemos unas hojas de espinacas
- Encima, los spaghetti de remolacha
- Tapamos con la rebanada restante
¿Recomendable el espirilizador? Sin duda, igual que compramos otro tipo de «maquinitas» a esta os aseguro que le dais más uso del que pensáis en un principio. El mío es de En Juliana y es tal y como lo veis en el enlace, chiquitito pero matón. Puede con todo.
Buen fin de semana y el lunes estamos aquí de nuevo.
Gloria.